Uno de los droides más populares de Star Wars es BB-8, el pequeño droide esférico que debutó en «The Force Awakens». Su origen es tan curioso como su diseño.
Durante la fase de preproducción de la película, el director J.J. Abrams realizó un sencillo boceto: una esfera con una cúpula encima. Este dibujo rudimentario fue la base para el diseño final de BB-8. El equipo de efectos especiales, liderado por Neal Scanlan, trabajó para convertir esta idea en un droide funcional, capaz de moverse e interactuar con los actores de manera realista.
A diferencia de muchos otros personajes generados por computadora, BB-8 fue construido como una unidad física que utilizaba titiriteros en el set, lo que permitió que su movimiento fuera más natural y convincente. Esta decisión de usar efectos prácticos en lugar de CGI ayudó a mantener la autenticidad de la saga.
Otro dato curioso sobre BB-8 es la creación de su voz. En lugar de utilizar sonidos sintéticos pregrabados, los comediantes Bill Hader y Ben Schwartz colaboraron para darle una personalidad única mediante sonidos vocales modificados digitalmente, lo que permitió que el droide tuviera una forma de comunicación única.
Desde su debut en «The Force Awakens», BB-8 se ha convertido en un ícono de la franquicia y en uno de los personajes más queridos de la trilogía secuela, demostrando cómo una idea simple puede evolucionar hasta convertirse en un símbolo de la cultura pop.
